Ven, no tengas miedo del mundo
que yo sabré comprenderte;
no preguntes cual es tu destino
que siempre lucharemos por amarte.
Ven, al camino que recorreremos juntos
tu corazón mientras vivamos
latiendo fuerte;
tu madre levantando tus deseos
y yo avivando tus sueños.
Yo, que ha veces no te merezco
tu callada y él
Yo, tan frío y sin remordimientos
tu sumisa y él esperando.
Yo, que te veo tan bella y lejana
tu y tus besos adorando y él ahí;
Yo, el que jamás pronuncia un te amo
y tu callada gritando mi nombre
y él ahí.
Yo, mirandome derrotado
y tu altiva y de frente
y él esperando y ahí
que yo
a quererlos
a TÍ y a Él.
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