martes, 18 de diciembre de 2012


MORBOS INNUVITIUM

El espejo azul que hay en tu mirada
se refleja en la serenidad del desierto,
cual hoja glauca destilando del abedul.

Ando en tus cabellos descalzo con mis yemas,
engendro lluvia de fuego en el recinto de tu sonrisa,
tanto fuego, como una tempestad de iras vulcanales.

Esta es la raíz naciente en tu vientre,
mi libertad prendida de tu ansia sensual,
estamos en balance hormonal bajo un manto sabanal.

Mi ser, mi antro, tu sed vertida en tempestad,
el viento surtido de gestos esparce el jubileo;
la llaga esta abierta, del deseo la flor ha deshojado.
                                                                                17.02.92

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